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jueves, 20 de junio de 2013

Nintendo, la historia jamás contada (...o tal vez si)



Si alguien os pregunta sobre Nintendo probablemente habléis sobre Mario, enunciaréis la famosa Wii y tal vez recordéis algo sobre vuestra añorada Nes. Pero más allá de esto qué más sabemos sobre esa gran multinacional del ocio electrónico que os ha acompañado desde vuestra más tierna infancia. Venid conmigo, sentaos en la alfombra, junto a la chimenea, y dejad que el abuelo os aburra con un cuento sobre una empresa llegada del lejano oriente.


Érase una vez un señor japonés llamado Fusajiro Yamauchi que fundó el 23 de septiembre de 1889 una empresa con el nombre de Nintendo Koppai y con sede en Kyoto. A diferencia de lo que os podáis imaginar los comienzos de esta pequeña empresa iban unidos a los de la creación y elaboración de cartas Hanafuda (baraja de la flor), un tipo de naipe originario de Japón, algo así como la baraja española por aquí.




Al parecer, se cuenta que Fusajiro, que era un personaje un tanto peculiar, fue asesinado bajo causas desconocidas y sus restos fueron sepultados en los sótanos del primer edificio de Nintendo, auque esto me suena más bien a cuento chino, o más bien japonés.


La palabra Nintendo puede tener varios significados según su enfoque, pero el más aceptado suele ser “Que el cielo decida”.


La compañía se estableció y se afianzó como una firma fructífera, hasta que Hiroshi Yamauchi (bisnieto de Fusajiro) cogió el testigo a muy temprana edad sobre principios de los 50. Éste le dio un nuevo giro al hasta entonces negocio familiar, ya que según ciertas fuentes, una de las primeras decisiones que tomó el amigo Hiroshi fue despedir a los familiares que quedaban en la junta directiva de la empresa para profesionalizarla. No veas como se las gastaba…


En un viaje que hizo por Estados Unidos para firmar un contrato con Disney para explotar su imagen en sus cartas, pudo contemplar el aspecto minúsculo de las oficinas de la empresa más importante de cartas de América, lo que le hizo abrir los ojos acerca del futuro que le esperaba como empresa de naipes.





H. Yamauchi decidió expandir el negocio hacia otros sectores, probó con una compañía de taxis, una cadena de hoteles exclusivos para parejas y hasta con una línea de comida instantánea. Ninguno fructíferó…

Pronto se dio cuenta que la empresa ya tenía un nombre entre las jugueterías gracias a las barajas, así que Yamauchi decidió seguir por ese camino, el de los juguetes. Entre sus productos más prolíficos se encontraban el Love Tester, una máquina que medía el nivel de afinidad entre una pareja, o la Ultra Hand, una mano que se alargaba mediante una rudimentaria mecánica para coger objetos.

Estos triunfadores juguetitos fueron ideados por un tal Gunpei Yokoi, un ingeniero que entró en la fábrica de Nintendo para encargarse del mantenimiento de las máquinas y que tras ser descubierto por Yamauchi en una rutinaria visita a la fábrica pasó a las listas de creativos de la empresa.




El amigo Yokoi se encontraba viajando al trabajo en tren un día cualquiera cuando se fijó en un aburrido ejecutivo jugando con su calculadora, esto le encendió la bombillita a Gumpei para crear a principios de los 80 las célebres Game and Watch, conocidas popularmente como “maquinitas”.

Estas Game and Watch solo fueron el germen que dieron origen para el nacimiento de Game Boy en 1989, por supuesto también obra del genial Yokoi.




Todo lo que tocaba este hombre se hacía de oro, hasta que llegó el descalabro. En 1995 vio la luz su última creación en Nintendo: Virtual Boy. Una especie de artefacto 3D a base de gráficos solo en un molesto color rojo que provocaban unos irritables dolores de cabeza al poco tiempo de usarlos. Fue el fracaso económico más grave de Nintendo hasta la fecha, el cual propició la salida estrepitosa de Yokoi de la plantilla de Nintendo.

Volviendo a Nintendo. Esta decidió apostar definitivamente por los juegos electrónicos en 1975, convirtiéndose en la primera empresa nipona en importar una videoconsola, la Magnavox Odyssey.

Pero el paso más importante que dio Nintendo hacia este mercado fue la de crear su propia videoconsola, la Color TV Game 6 (1977), solo para el mercado japonés. Esta consola que recopilaba seis variantes del mítico Pong, y se instauraba como la primogénita de la familia videojueguil nintendera, a diferencia de lo que se pueda pensar, no fue la mítica Nes la primera de la casa.

Tras esto, y ver lo rentable que le estaba saliendo el fértil mercado de las recreativas, con Donkey Kong a la cabeza gracias al enchufadete Shigeru Miyamoto, decidieron dar un paso más allá y crear en 1983 Familiy Computer (Famicom), de la que ya he hablado en más de una ocasión, que aunque en un principio no fue muy bien la cosa, por la primera remesa de consolas que resultaron defectuosas, terminó convirtiéndose en todo un incono en su país.




Nintendo siempre ha sido fiel a sus orígenes como juguetera, ahí tenéis el nombre de su famosa consola, “Computadora Familiar”, por eso ha estado perpetuamente alejándose de aspectos sórdidos en sus productos como la violencia, el sexo o la religión. De ahí que muchas compañías desarrolladoras se quejasen de los recortes que Nintendo hacía en sus juegos, como Mortal Kombat, que prescindía totalmente de la sangre en las consolas de Nintendo, lo que hacía que el software perdiese parte de su gracia. De ahí la fama de ñoña de la que hace gala la compañía nipona.

Yamauchi, que aun regía como mano férrea la compañía, soñaba con expandir su imperio al resto del mundo, y el primer paso fue Estados Unidos.

Para el desembarco en territorio yanki en 1985, Yamauchi tuvo que cambiar de estrategia, ya que el mercado del videojuego estaba sumido por aquel entonces en América en una profunda crisis, estos cacharros estaban casi demonizados, así que cambiaron totalmente el diseño de la consola Famicom, de forma que se pareciese a un reproductor de VHS, por eso tiene esa forma tan peculiar de introducir los cartuchos. Además se le cambió el nombre a Nintendo Entertainment System (Nes), borrando del nombre cualquier pequeño atisbo de que pudiese tratarse de una videoconsola, tan solo un sistema de entretenimiento, un juguete, sin más.

Tras esto el resto fue coser y cantar para Nintendo que se había convertido en el centro del universo consolero, con su posterior Super Nintendo (Super Famicom) siguió la racha. Hasta que una piedra en el camino llamada Playstation vino a robarles la corona a mediados de los 90. Sobre esto tengo una buena historia que os contaré en otro momento.

Con la llegada de Nintendo 64 (Project Reality era el nombre del prototipo) en 1996 cometieron el error de seguir utilizando el cartucho como soporte, lo cual le hizo perder el apoyo de grandes desarrolladoras como Square (hoy conocida como Square Enix), que en un principio planteaba lanzar Final Fantasy VII para esta consola. Como sabréis este famoso juego terminó apareciendo en la gris de Sony.

Ante esto Yamauchi (que si, que aun seguía siendo el mandamás de Nintendo) montó en cólera y rompió cualquier tipo de relaciones con Square durante años, incluso dejó para la posteridad la frase: “Los juegos de rol son para frikis antisociales”. En clara alusión a esta compañía, que solía realizar este tipo de juegos.

Tras el lanzamiento de Game Cube Yamauchi dijo chao y por fin se retiró en 2002 con 75 años, ya estaba bien. Eso si, siguió siendo el mayor accionista de Nintendo y el hombre más rico de todo Japón, casi na.

La “pequeña empresa familiar” quedó entonces en manos de un tal Satoru Iwata, un tipo que empezó como programador en esto de los videojuegos, de hecho trabajó con Hall Laboratory, responsables de Kirby. Reconoce que durante esa época no se hablaba con su padre, que no aceptaba que su hijo, graduado en informática en el Instituto Tecnológico de Tokio, se dedicase a eso de los videojuegos.

Iwata siempre cuenta a modo anecdótico lo mal que lo pasó cuando Yamauchi lo llamó a su despacho y lo arengó con un discurso acerca de la vida y otras filosofadas, estaba convencido de que sería despedido. Afortunadamente para él se equivocó, sería ascendido a presidente.

Entre los mayores logros de este hombre, el primer presidente de Nintendo que no pertenece a la familia Yamauchi, podemos ponerle las medallas de Wii y Nintendo DS, consolas que probablemente tengas ahora mismo en tu casa.





Por cierto, el nombre de Wii viene del juego de palabras con “We”, nosotros en inglés, con el que Nintendo quiere enfatizar el objetivo social de esta consola, concebida casi para jugar en compañía.

Wii y DS han revolucionado el comercio de las videoconsolas por acercar a este mundo a gente que normalmente no estaban interesados en él. Este tipo de usuarios es conocido comúnmente como “Casual Gamers”.

Según se ha podido comprobar mediante ciertas fuentes Nintendo comenzó un proyecto paralelo al de DS a principios de 2000 en el que se involucró con Nokia para desarrollar una portátil-teléfono. Los prototipos no terminaron de convencer a los directivos de Nintendo, que se decantaron por la opción de la portátil de doble pantalla. Nokia usó esos prototipos para lanzar N-Gage al mercado, producto que no tuvo mucho que hacer en el por aquel entonces joven mercado de los videojuegos para móviles.

Nintendo posee gran parte de las acciones de un equipo americano de béisbol, Seatlle Mariners; y ostenta una parte del pastel de un equipo de la NBA, Atlanta Hawks.

Y colorín colorado este cuento aún no se ha acabado, a Nintendo todavía le queda mucho camino por recorrer, y más con su reciente Wii U en el mercado. Pese a quien pese sigue siendo toda una autoridad en el mundo de los videojuegos y una pionera que sigue abriendo caminos en el pingüe mercado de los juegos virtuales.

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