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miércoles, 20 de marzo de 2013

Los bares de siempre


De vez en cuando salgo a comer por ahí y, lejos de ir a uno de estos restaurantes donde todo es pulcro y exquisito en sus formas, acabo en bares más "de siempre", esos bares donde la barra pide cañas por sí misma y dejas de tener nombre para pasar a llamarte "¿lo de siempre?". Lo de siempre, claro: marinera y caña, y ve preparando una jarra.

Esos son los bares de siempre, los bares de la infancia, los bares de una época en que las leyes eran menos estrictas y la comida sabía diferente, más casera, más, cómo decirlo... salmonelada. Eran los restaurantes donde creció mi generación, la generación de los gamers de la vieja escuela: la generación de la recreativa de bar.

Y es que, perdonad que me ponga nostálgico, pasé buena parte de mi infancia esquivando humos de tabaco y puro de sobremesa para alcanzar a ver aquellas pantallas que se me antojaban enormes y a través de las cuales, por 25 pesetas, se entraba a un mundo de fantasía que ya quisiera el armario de Narnia. Recuerdo buscar en cajones y entre los cojines del sofá algún tesoro que me permitiera rascar un segundo más a la tarde frente a aquellas máquinas de madera, plástico y cristal, que he aprendido a añorar como el borracho a la botella de ginebra (sí, queridos lectores, en este blog somos retrohólicos).

martes, 19 de marzo de 2013

Melodias pixeladas


  Probablemente alguna vez fueses caminando por la calle pensando en tus cosas, camino de casa, del trabajo, de clase, o simplemente al ir a comprar el pan. De repente te sorprendes silbando una melodía sin saber por qué, y empiezas a rumiar y darle vueltas a la cabeza intentando recordar el origen de esa musiquilla; hasta que en un chispazo de tu memoria la recuerdas: era la música de ese videojuego de la infancia que tantas veces escuchaste mientras perdías las horas muertas delante del televisor. Una sonrisilla se te escapa y un caudal de buenos recuerdos se te pasan por la cabeza.

   Eso es precisamente lo que intento con este artículo, recordar esas tonadillas machacantes que pusieron banda sonora a nuestra niñez y repasar con apego alguno de esos momentos mágicos. Sube el volumen a tus altavoces que nos sumergimos en el túnel del tiempo.


miércoles, 13 de marzo de 2013

Ir al Cine


Hace unas semanas fui al cine a ver Mamá, la película de miedo que comenté el otro día en una entrada, y el mayor susto que obtuve fue el de la taquilla: 7,20 euros, una bestialidad que no podía disminuir con descuentos 'jóvenes' por ser domingo, y parece ser que tuve suerte, porque había carteles anunciando que las películas de Warner, por motivos sin especificar, eran más caras. Ya ni hablar de las películas en 3 dimensiones, que parecen cobrar impuestos por dimensión... (Eso es otra: ¿a qué viene el sobrecoste de las tres dimensiones si, probablemente, esos sobrecostes ya se paliaron con la recaudación de Avatar?).

Me recordé a mí mismo hace unos años cuando, mis abuelos y mis padres,  al darme 20 duros, me decían que ellos, con una peseta, se iban al cine, comían palomitas y les sobraba para la hucha. Sí, para eso ha quedado el cine: para recordar cómo nuestros abuelos recordaban lo barato que era antes. Tiempo plus-cuam-pretérito.

El caso es que vi la película con el bolsillo aligerado y la necesidad de hacer algún comentario al respecto para hablar de esta industria que se autoproclama 'en decadencia' y que no deja de amasar dinero a costa de los consumidores. Vayamos por partes:

martes, 12 de marzo de 2013

Mamá (2013)


Hoy os vengo a hablar de ‘Mamá’, la película de terror producida por Guillermo del Toro que ha arrasado en cines de medio mundo, intentando no hablar del miedo que me causó pagar la entrada del cine, que cada vez están más caras.

‘Mamá’ está basada  en el cortometraje homónimo de Andrés Muschietti y cuenta la historia de Lucas (Nikolaj “Jaime Lannister” Coster-Waldau) quien, tras la desaparición de su hermano en extrañas circunstancias, encuentra a sus sobrinas en una casa perdida en medio del bosque, que han conseguido sobrevivir solas durante mucho tiempo. Así, él y su novia Annabel (Jessica Chastain) se harán con la custodia de las niñas para cuidarlas, sin saber que han dejado entrar en su nueva casa a una tercera invitada.

sábado, 9 de marzo de 2013

Saga con-solera: Streets of Rage


   El primer juego de Streets of Rage, o Bare Knuckle como es conocido en Japón, apareció para la consola Mega Drive de Sega allá por 1991. A diferencia de otras sagas, esta, no ha sido tan prolífica, solo aparecieron tres partes para Mega Drive y otras dos para Master System y Game Gear, videoconsolas también de Sega que seguro que os sonarán.

   La verdad es que no hay ningún nombre propio que destaque en lo que a elaboración de este juego se refiere, entre otras cosas porque en los títulos de créditos de este videjuego los desarrolladores utilizaban seudónimos. Después os cuento el por qué. De todas formas el equipo de programación del juego se llamaba AM7, equipo que entre otros proyectos realizaron otras famosas sagas de Sega como Shinobi y Phantasy Star.
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