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domingo, 1 de marzo de 2015

The Good Wife - Temporada 1


Tras unas semanas en standby, vuelvo a la brecha blogera dejando atrás un buen reguero de series y películas que ya iré comentando para centrarme en la que estoy viendo actualmente: The Good Wife, un procedimental centrado en el despacho de abogados donde trabaja la protagonista, salpicado de tramas políticas y jurídicas.

Si algo caracteriza a esta primera temporada de The Good Wife es, sin duda, el talento interpretativo de Julianna Margulies (en el papel protagonista), una actriz capaz de sacar lo mejor y lo peor de su personaje a través de cada gesto y cada modulación de voz.

Esto, sin duda, no sería posible sin las directrices de Michelle y Robert King, que han sabido dotar a la temporada de un tempo pausado en el que generar una serie de tramas cada cual más interesante. 

Además, se trata de una serie conectada con la actualidad, no tanto por sus casos como por la manera de enfrentarse a ellos. Y es que The Good Wife se nutre de la realidad actual a través de la tecnología y de cómo ésta afecta, delimita y ayuda en el día a día, desde el uso de las nuevas características de los teléfonos móviles modernos hasta la fina línea que aún no define lo legal y lo ilegal de internet.

Las chicas son guerreras


Algo que define a la serie, por encima de todo, es su feminidad. Pero no una feminidad ‘masculinizada’ como podría ser el caso de otras producciones como ‘Sexo en Nueva York’, sino una feminidad sutil, compleja, y ligada a los problemas cotidianos. Así, los personajes femeninos obtienen un papel fundamental dentro del repertorio, mostrándolos como personas fuertes y complejas con sus defectos y virtudes, de una manera redonda.

La única pega es que, si en series como Newsroom es lo femenino lo que queda excluido de los roles dominantes, en esta ocurre lo contrario: se muestra lo masculino como algo frágil, con fallos, mientras debe recurrir a lo femenino. Así, los roles masculinos tienden al segundo plano (pierden en el amor, pierden en el trabajo…) ante papeles como, por ejemplo, el de la investigadora del despacho o la suegra de la protagonista, ambos fuertes desde puntos de vista diferentes. La gracia de la serie radica en cómo cada capítulo sabe llevar esta “dominancia” hacia el terreno de la igualdad y al feminismo en lugar de atajar hacia el hembrismo. 

En definitiva, una pequeña joya que deja muy atrás a otras series del mismo género y que no tiene nada que envidiar a las grandes producciones actuales, gracias a sus guiones sólidos (a veces me recuerda a series como House) y a unas interpretaciones memorables.

2 comentarios:

  1. Gran serie, qu emejora, y mucho, con momentos, más que temporadas memorables y donde lo procedimental se combina con una historia con argumento propio y fuerte, tanto que acaba comiéndose a los casos.
    De todos modos, en el momento en que los casos dejan hueco a la , llamémosle historia de Alicia, curiosamente la serie pierde.
    Los secundarios que van apareciendo, además, son de lujo, y recurrentes, por lo que fideliza mucho más a la audiencia (aunque a veces tengan algún toque a lo Ally McBeal, pero en el mejor de los sentidos).
    Para mí es mi placer culpable, y entre unas cosas y otras, s la única serie que sigo al día seis temporadas después.

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    1. Hola Jose Luis! Muchas gracias por comentar!
      Yo, más que placer culpable, es placer que voy recomendando a todo el mundo. Apenas tengo tiempo en general, pero The Good Wife se ha convertido en una cita obligada todos los días.

      Con respecto a los secundarios, coincido: de lujo, tanto actuaciones como al hecho de que vayan apareciendo a lo largo de la serie.

      Ahora voy por el quinto de la segunda temporada y, por ahora, sigo enganchado. Las tramas siguen siendo intensas y los guiones no hacen más que mejorar. Espero llegar pronto a la sexta! :D

      Muchas gracias de nuevo por el comentario!

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